¿Sabías que en el Vaticano se daban corridas de toros y que incluso hubo un papá torero?
Así es , la fuerte influencia hispana en la península itálica , durante gran parte del segundo tercio del milenio pasado , hizo que la afición por la tauromaquia se expandiera en aquellos territorios donde los hispanos ejercian notable influencia.
De forma concreta, en El Vaticano, se corrieron toros en infinidad de ocasiones, destacando las corridas de 1455 en las que el papa español Calixto lll, Alfonso Borja de nombre secular, corrió toros en la antigua plaza de San Pedro para celebrar la canonización de San Vicente Ferrer, un dominico español, paisano suyo.
Posteriormente tras la toma de Granada por los reyes Católicos, el Vaticano celebró el fin de la Reconquista corriendo toros en la plaza de Novoa y nuevamente en la antigua de San Pedro; en Febrero de 1492, durante las cuales se dice que César Borgia, hijo de Rodrigo Borgia, Futuro Alejandro Vl estoqueó pie a tierra , cinco animales, ante los cuales su padre hizo en varía ocasiones el quite.
Los Borgia de origen valenciano, dejaron un fuerte tradición taurina en Italia y en concreto en el Vaticano, ya que posterior a su papado, se siguieron dando toros en el Vaticano, con relativa regularidad y jubiló.
Constando como evidencia las veces que, León X , Pablo lll y otros Vicarios de Cristo corrieron toros para celebrar fechas de importante jubilo.
Por; Jesus antonio Garcia Mariñelarena
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En la Real Maestranza de Sevilla, templo del toreo, hay un palco para los canónigos del cabildo catedralicio. Uno de ellos, de alta dignidad, solía contar en sus tertulias, que acudía a la plaza, sobre todo cuando toreaba Curro Romero. «Solo con verle el paseillo, me bastaba», valoraba el clérigo currista, gran aficionado a la Fiesta, en una ciudad que celebra el Domingo de Resurrección con una corrida de toros emblemática en la temporada. Los toreros y sus cuadrillas suelen ser personas respetuosas con los símbolos religiosos también muy supersticiosos y muchos viajan con un retablo repleto de estampas de vírgenes y cristos a los que profesan mucha devoción.
Cuentan las crónicas que en una de esas corridas murieron dos hombres. Pero quien destacaba como lidiador era César, el hijo del Papa Rodrigo Borja o Borgia ¨Alejandro VI¨ Los primeros datos que se tienen acerca de la organización de corridas de tiros en el Vaticano proceden de 1455, cuando el Papa español Alfonso Borja (Calixto III) incluyó el evento en los actos para celebrar la canonización de su paisano el valenciano San Vicente Ferrer.
La corrida más célebre y de la que más se ha escrito es la celebrada el 24 de junio de 1500 detrás de la Basílica de San Pedro.
Algunas crónicas dicen que “se enfrentó a pie con un trapo y una espada corta a cinco toros, llegando a separar la cabeza de uno de un solo golpe”.
Mario Puzo en una nóvela recoge lo siguiente:
“El hijo del Papa entró en el recinto montado en un majestuoso corcel blanco y, con una lanza como única arma, se enfrentó a los toros uno a uno. Los cinco primeros no tardaron en morir atravesados por la lanza de César. El sexto toro era un poderoso animal del color del ébano, más rápido y musculoso que los cinco anteriores. César cambió la lanza por una poderosa espada de doble filo y, reuniendo todas sus fuerzas, separó la cabeza astada del cuerpo del toro de un solo golpe”.
León X, sucesor de Alejandro VI también celebró toros en la antigua Plaza de San Pedro. Recordemos que la actual fue construida con posterioridad. Este Papa incluso llegó a costear los trajes de los toreros. Esta corrida tuvo lugar el lunes de carnaval de 1519.
Pablo III, el Papa que convocó el Concilio de Trento , celebró otra corrida de toros para celebrar la boda de Octavio Farnese con Margarita de Parma, hija natural de Carlos V.
La relación del Vaticano con los toros da un giro radical cuando llega al Pontificado el Papa San Pio V.
Si la presencia de este animal en la cultura española se remonta a tiempos pretéritos, ya en los siglos XVI al XVIII los toros constituían el regocijo por excelencia, celebrados en cualquier calle o plaza y principalmente en la Plaza Mayor, a la vez que los santos eran los auténticos héroes de aquella sociedad sacralizada. De esta forma,varios de ellos fueron capaces de dominar la bravura de un toro, a través de la intercesión divina de diversos santos: Ref; A-1
El primer desembarco de ganado bravo en el Callao ocurrió en 1536. Cuando Llegaron a las nuevas tierras los conquistadores españoles, trajeron junto a
su idioma y su religión los usos y costumbres, y en medio de ellas, las llamadas “corridas de toros”. Es así como estas corridas de toros comenzaron a celebrarse en todo el territorio del Virreinato Perú, a los pocos años de haberse instalado los primeros conquistadores.
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