Plaza de Acho Lima, Perú
El sábado 28 de julio de 1821, siguiendo los protocolos virreinales,
José de San Martín salió del palacio de Lima a las 10 a.m. junto a un numeroso séquito a caballo. Lo componían, en primer lugar, las autoridades de la Universidad de San Marcos vestidas con toga y birrete, luego, los altos miembros del clero y los priores de los conventos, después, los jefes militares del Ejército patriota y, finalmente, los títulos de Castilla y los caballeros de las órdenes de caballería, acompañados por los oidores de la Real Audiencia y los regidores perpetuos del Cabildo. Precedido de este cortejo, venía San Martín flanqueado por el conde de San Isidro, a la izquierda, y el marqués de Montemira, a la derecha, quien como portaestandarte llevaba la flamante bandera diseñada por el libertador. Detrás de ellos iban el conde de la Vega del Ren, los altos jefes del Ejército y un escuadrón de húsares. Flanqueaban la marcha los Alabarderos de la Guardia Real.
Al terminar las proclamas, San Martín y el cortejo regresaron al palacio de los virreyes, donde recibieron a Thomas Cochrane, quien
acababa de arribar al Callao. En la tarde, siguieron las celebraciones con una corrida de toros en la Plaza de Acho y, en la noche, con una recepción en el palacio municipal. Se hallaba entonces en Lima el marino Basil Hall, comandante de una navío de la flota británica anclada en el
Callao, que había sido llamado por el marqués de Montemira para que con sus tropas resguardara la ciudad del probable ataque de las montoneras indígenas. Este personaje fue testigo de la proclamación de la independencia; en su diario culmina su relato del suceso comentando la reacción del público luego de la declamación de San Martín en la Plaza de Acho:
Acta de la independencia del Perú
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