LA RESPONSABILIDAD DEL CIUDADANO ELECTOR
El buen votante; me referiré al ciudadano elector, en una cualificación que va desde lo ideal a lo indeseable.
El ciudadano ideal: que sería una persona racional, ilustrada e informada, por lo que al momento de elegir tiene seguridad en su decisión, pues lo hace desde normas ideales de conducta.
El ciudadano responsable: que sabiéndose racional, comprende que debe analizar según contextos e intereses, pero teniendo en cuenta una gran meta: el destino del país. Así, su fin orientador es el bien común.
El ciudadano interesado: sabe lo que le conviene y hace lo posible para que su candidato salga elegido. Para lo cual puede usar medios legales e ilegales, morales e inmorales.
El ciudadano pasional: vota movido solo por emociones, por la simpatía del candidato o por el partido tradicional o por odio hacia otros candidatos, muchas veces influenciado por los medios de comunicación.
El ciudadano siervo: que vota porque le han pagado con dinero o cosas, porque le prometieron algo, es decir, participa a cambio de algo y se subordina a intereses mezquinos.
El ciudadano ingenuo: que no analiza ni está movido por intereses, solo va a votar porque está habituado y cree que la democracia funciona así.
Difícil que un ciudadano elector no esté influenciado o motivado por ideologías, intereses, mentiras, pasiones, etc. Lo que puede organizar tal caos de condicionamientos es no olvidar el bien común y la adhesión a derechos humanos fundamentales.
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