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martes, 1 de septiembre de 2020

La Plaza de Acho es Perú, es Cultura, es Constitucional

 


    ACHO, LA PLAZA DE TOROS MÁS ANTIGUA DE AMÉRICA


La Plaza de toros de Acho, coso taurino ubicado en Lima, Perú. Es la plaza de toros más antigua de 

América, una de las más grandes del mundo, la más importante de las 56 plazas oficiales de toros con que cuenta dicho país, y considerada como una de las de mayor prestigio del continente americano. En ella se realiza anualmente la Feria del Señor de los Milagros, que reúne a las principales figuras del toreo.

Historia

La Plaza de Acho, es el coso taurino más antiguo de América y el tercer más antiguo del mundo, después de la Maestranza de Sevilla y la de Zaragoza en España. Fue fundada el 30 de enero de 1766, durante el gobierno colonial del virrey Manuel de Amat y Juniet.

En sus famosas “Tradiciones Peruanas”, Ricardo Palma dice que la primera corrida de toros en Lima fue en 1538, celebrando la derrota de los Almagristas. Por otro lado, según escritos históricos del clero, la primera corrida tuvo lugar un lunes 29 de marzo de 1540, por la consagración de los santos óleos. Inclusive, el mismo Inca Garcilazo de la Vega, en sus “Comentarios Reales”, habla ya de las corridas de toros.
Entre 1659 y 1660 hubieron en el Perú, diez “Corridas Reales” de toros por el nacimiento del príncipe Felipe, hijo de Felipe IV. El 15 de noviembre de 1667, se celebra una corrida en el Callao, con ocasión de la llegada del Virrey Conde de Lemos al primer puerto peruano. El 24 de julio de 1668, se realizó otra corrida en la ciudad de Lima, celebrando el nacimiento de un hijo de dicho Virrey. El 27 de julio de 1622 se desarrolló una corrida en la Plaza Mayor de Lima, para agasajar el arrivo de un nuevo Virrey, don Diego Fernández de Córdoba, Marqués de Guadalcázar. No todos los virreyes fueron amantes de las corridas, como el Conde de Chinchón, quien trató de impedir este tipo de afición. Sin embargo, el Rey Felipe IV, dictó una Real Cédula a favor de éstas, durante el Virreynato del Marqués de Mancera.
La Plaza Mayor de Lima, sirvió por muchos años de escenario de las corridas de toros, en la cual se 

escenificaban un promedio de 4 corridas anuales, según lo ordenado por el Virrey don Diego López de Zúñiga, Conde de Nieva. En esta plaza se celebraban las corridas por: Pascua de Reyes, San Juan, Apóstol Santiago y Nuestra Señora de la Ascensión; además, de lidias por la llegada de un nuevo virrey, o por la juramentación o conmemoración de monarcas, canonizaciones, etc. Para festejos menos importantes, se habilitaban plazas o plazuelas distritales como: plazoleta de Santa Ana, plaza de la Inquisición, plazoleta del Cercado, plaza de Cocharcas, plazoleta de Santo Domingo, etc.
Con toda esta afición taurina, a lo largo de dos siglos, el año de 1765, don Agustín Hipólito de Landaburu, tuvo la idea de construir una plaza de toros de acuerdo con la cantidad de adeptos que iba ganando la lidia. En 1756, se había construído una de madera, donde el 22 de febrero de 1762, el pueblo limeño había celebrado  jubilósamente la llegada de otro virrey: Manuel de Amat y Juniet. Esta pequeña Plaza, estaba ubicada en los terrenos de HAACHO, palabra quechua que significa desde donde se ve el mar. Sabiendo que al virrey le gustaban las corridas, pidió a su cuñado don Juan José Belzunce, para que por encargo de él, tratara de obtener una autorización de construcción; lo que le fue concedido. Luego, Hipólito de Landauro, ordenó dicha obra a Cristóbal de Bargas y la nueva plaza, fue inaugurada el 30 de enero de 1766, luego de una inversión de 107,609 pesos y 6 reales. El cartel de la corrida inaugural lo integraron los toreros Pisi, Gallipavo y Maestro de España, y el 

primer toro que se lidió en la nueva plaza, se llamó “Albañil Blanco”, perteneciente a la ganadería de la Hacienda Gómez de Cañete, que después cambió al nombre de “Unanue”, cuyo propietario era Agustín Hipólito de Landaburu, quien se encargó igualmente de la administración de la plaza. A su deceso, continúo al frente su viuda, asesorada por su hermano Juan José Belzunce. Y así la administración de la Plaza de Acho se fue delegando familiarmente. Al deceso de la viuda, asumió su lugar el hijo de ambos, don Hipólito de Landaburu y Belzunce, quien al viajar a Europa, dejó todo en manos de su albacea don Hipólito Unánue.
En 1832, el albacea de Landaburu y Belzunce legó la plaza de toros, a favor del Hospicio de los Pobres, administrada por la Junta Real de Beneficencia de Lima.
En 1944, Fernando Graña Elizalde, Alejandro Graña Garland, José Antonio Roca Rey, conjuntamente con un grupo de amantes de la tauromaquia, toman en arriendo la Plaza de Acho por 20 años. En 1945, su remodelación estuvo a cargo del ingeniero Francisco Graña Garland. Se amplió su capacidad a trece mil espectadores, para lo cual se tuvo que acortar las dimensiones del ruedo.
La primera Feria del Señor de Los Milagros se realiza un 12 de octubre de 1946, gracias a la idea del crítico taurino don Fausto Gastañeta y la gestión de su sucesor, otro afamado crítico, Manuel Solari Swayne “Zeñó Manué”

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