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miércoles, 6 de mayo de 2020

EL MARINO FRANCÉS QUE SALVO LIMA




Fernando Pajares

‎Historias Fotográficas del Perú y el Mundo

 
UNA GRAN AVENIDA TIENE SU NOMBRE, PERO POCO SABEMOS DE ESTE ILUSTRE PERSONAJE, CONTRAMIRANTE ABEL-NICOLÁS-GEORGES-HENRI BERGASSE DU PETIT THOUARS EL MARINO FRANCÉS QUE SALVO LIMA

A finales del año 1880, el almirante francés que a la sazón frisaba los 49 años había cumplido su misión en las aguas del Pacífico. Requerido entonces por sus superiores, debió retornar a Francia, pero, en vez de dirigirse a Valparaíso para tomar la ruta de Europa, siguiendo un impulso de la intuición según el historiador Jorge Basadre Basadre, optó por ir al Callao. Llegó a nuestro primer puerto el 7 de enero, al frente de la corbeta blindada “La Victorieuse”.
La escuadra francesa estaba en el Callao al mando del contralmirante Abel Bergasse du Petit Thouars en enero de 1881, cuando era inminente la entrada del ejército chileno en Lima, los diplomáticos se reunieron colegiadamente en Lima con los comandantes en jefe de las escuadras neutrales observadoras de la guerra del Pacífico, con el temor que durante la ocupación se atacasen las legaciones; tenían noticias sobre la destrucción de otras ciudades durante las batallas y en especial del saqueo e incendio de Chorrillos, en el que se asesinó a civiles inocentes, durante la reunión acordaron autorizar a los buques de guerra de sus respectivas armadas que frenaran tales desmanes. La escuadra neutral compuesta por las naves italiana Fragata “Garibaldi” al mando del almirante Sabrano, inglesa “HMS Triumph”, al mando del almirante Sterling y francesa corveta blindada “Victorieuse” al mando de Petit Thouars, acordaron, según palabra de Sterling, sobre el ejército chileno: “cuando entraran a Lima... si ellos atacaban a las legaciones, los civiles o a los neutrales en general, habría de capturar y hundir la flota chilena”.
El 16 de enero de 1881 participó en un cónclave al que asistieron el alcalde de Lima, Rufino Torrico que asumió el mando de la ciudad y el “alicaído papel de negociar con el invasor”, diplomáticos y almirantes, con el objetivo de que la ciudad no fuera destruida ni saqueada, sino pacíficamente ocupada.
El contralmirante du Petit Thouars se dirigió al, general Manuel Baquedano González comandante en Jefe de los genocidas chilenos y al cabecilla de la escuadra sureña, comodoro Galvarino Riveros Cárdenas, advirtiéndoles que deberían controlar a sus tropas y evitar nuevos desmanes como en Chorrillos, Barranco y Miraflores de los días 13, 14 y 15 de enero de 1881; en caso contrario, se vería obligado a usar la potencia de fuego de la escuadra neutral surta en el Callao y echar a pique a las naves de la escuadra chilena Baquedano, ante la advertencia de no dañar a la ciudad, afirmó: “No podré contener a mis leones”, ante lo cual Du Petit Thouars repuso: “Entonces yo no podré contener a mis cañones”.
Esta advertencia bastó a decir de los limeños de la época, para que se adoptaran las medidas que evitaron la repetición de los lamentables sucesos de Chorrillos, Barranco y Miraflores.
Uniendo acción a sus palabras, Petit Thouars dispuso que los acorazados franceses “La Victorieuse” y los blindados británicos “HMS Triumph” y “HMS Shannon” se preparasen para entrar en combate en cualquier momento si no se respetaba la palabra.
Existen testimonios que hablan de su protagonismo; entre otros, el del embajador inglés Spencer Saint John, quien le dijo al presidente Piérola que Petit Thouars tenía autorización de los ministros plenipotenciarios para “usar la fuerza de la escuadra neutral si se produce otro acto de barbarie”.
En la ciudad el ajetreo era intenso, los centros hospitalarios no se daban abasto para atender a los heridos en las batallas de San Juan y de Miraflores, y los bomberos se multiplicaban para apagar incendios mientras Petit Thouars como certifican ciertos documentos decidió restaurar la Guardia Urbana de Lima la noche del 16 de enero. La capital tenía entonces tenía 100,000 habitantes.
Por último, qué mayor prueba que la conmoción que causó su deceso (2 de agosto de 1890) en el pueblo limeño y sus autoridades edilicias, que en el acto iniciaron una colecta popular para adquirir en Europa un retrato del almirante galo. Hecho que revela cuán hondo caló en el corazón de los limeños de la época la mediación de Petit Thouars en los sucesos de enero de 1881.
Una céntrica avenida y un hermoso monumento obra del escultor ancashino Artemio Ocaña Bejarano en Lima, recuerdan el noble gesto de este marino francés.

Fotografía del marino francés Abel Nicolás Georges Henri Bergasse Du Petit Thouars (Ecole Navale/Espace traditions/Officiers célebres)

Fuentes: Diario “El Peruano
               Derrama Magisterial
               Diario “El Comercio”

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