La Lagrima por Carlitos Barraza




La Lágrima
Mi querido Dios en la persona de Cristo salvador, el que eres porque eres, que en este Lenguaje Clerical asume tu presencia ya resucitada hace Miles de años, es decir, el único capaz de vencer a la Muerte y su aguijón fue usted Maestro, nosotros insignificantes, intrascendentes hoy vivimos y mañana ya estamos en un lustroso Ataúd.
Cuando tu voluntad así lo deseo, estábamos solo concebidos y alimentados en el útero de nuestras Madres Santas todas ellas, allí parecería que el niñito recién formándose mojo el vientre de ellas con su primera lágrima que luego fue bulliciosa cuando nace el ser humano dotado de vida.
Luego, el hombre no deja de sufrir por tal o cual razón y el Alma desahoga su invalida existencia con
muchas e interminables lágrimas, conjuntas, reiteradas y sin fin.
Pero esto también es aliento, aliento de vida exquisita, salvifico que viene de Ti Dios Santo.
Como no permitieras y crearás un Nuevo Océano con cada lágrima humana vertida en el inefable sufrimiento del que te implora, ese Mar, ese Océano, no tendría peces que devora en a los más débiles de ellos, solo estaría repleto de Barcas, de Veleros, de Galeras, llenas de una cristiandad conversa y llorante, anhelante que alumbrada por un Faro refulgente lleguen el Alta Mar al Puerto de la amada Esperanza, donde se te encuentre a Ti Cristo Bendito, subiendo a cada una de ellas, junto con María nuestra Madre: Resucitando a cada Tripulante en el nuevo Cantabrico, que si tú lo quieres tendrá el Ofertorio de los pobres y abandonados que nunca dudaron de tu misericordia y de tu existencia Señor. Amén, Amén.


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