En sus inicios fue conocida como Virgen de la Candelaria y fueron los Jesuitas quienes construyeron el primer templo para la Virgen como parte de su proyecto de evangelización en los poblados de Churajon en Moquegua. La festividad de la Virgen de Chapi es una de las ceremonias religiosas más antiguas del Perú. El primer registro de su existencia data de 1655 y para 1709 la imagen ya contaba con una legión de fieles. Desde entonces, esta tradición se ha ido transformando a la par de la sociedad y su fervor popular.
Respecto a la palabra “Chapi”, los entendidos indican que proviene de las expresiones en quechua “Chaypi, Chaypi”, “Chajchay llallápi” y “Chaj llallápi”, que significan “Aquí nomás”, “Aquí, aquí”, “Hasta aquí”. Cuenta la tradición que la imagen, bautizada con el nombre de “Nuestra Señora de la Purificación del Valle de Chapi”, pero popularmente conocida como “Virgen de Chapi” o “Mamita de Chapi”, fue encontrada en un cerro cercano al complejo
arqueológico Churajón y tras el terremoto de 1743 se decidió trasladarla hacia el antiguo valle de Chapi, donde se levantó una iglesia en su honor. Debido a los desmanes ocurridos durante su festividad en 1793, el párroco de entonces dispuso el traslado de la imagen a la localidad de Sogay. Después de avanzar un buen trecho, los cargadores de la imagen se detuvieron a descansar para recuperar fuerzas. Entonces, se produjeron ráfagas de viento cada vez más intensas hasta convertirse en una tempestad cargada de tierra.
El Festival de la Virgen de Chapi es “una expresión de identidad cultural y social, que tiene gran significado para la difusión de valores tradicionales de religiosidad popular transmitidos de generación en generación oralmente mediante el lenguaje, el saber popular y el conocimiento ancestral” como se señala en la Resolución del Estado peruano que la declaró Patrimonio Cultural de la Nación en el 2012.
Aunque el día central de la Festividad de la Virgen de Chapi es el 1 de mayo, las actividades duran alrededor de tres días. El 30 de abril se inicia todo con una procesión de bienvenida y Polobaya comienza a recibir a miles de personas. Durante estos tres días, además de eventos religiosos, procesiones y misas, también se puede encontrar deliciosa gastronomía, fuegos artificiales, música popular y mucho más.
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