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viernes, 29 de mayo de 2020

Las cuatro aerolíneas peruanas que conquistaron el mundo











Por;  Maruja Valdivieso




Las cuatro aerolíneas peruanas que conquistaron el mundo

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Cuando la aviación comercial recién alzaba vuelo en Sudamérica, Faucett, Panagra, PIA y Apsa lideraron el mercado con ventaja.
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Las cuatro aerolíneas peruanas que conquistaron el mundo
(Foto: Archivo El Comercio)

Volar en el Perú ha sido y será una de las tareas más difíciles para los pilotos de cualquier país. Una
geografía extrema como la peruana -lluvia, calor, vientos, altura- es capaz de retar a la mejor aeronave del mundo y llevarla al límite de su capacidad en cuestión de minutos. Eso, que puede atemorizar y que de hecho es tomado como un problema, ha impulsado también a la industria local y, aunque cueste creerlo, la ha llevado a liderar el mercado internacional cuando la aviación estaba en pañales.
Así, entre los años 30 y 70 del siglo pasado, décadas de hazañas aéreas como las del empresario Howard Hughes [cuya vida fue llevada al cine con la película El Aviador], cuatro aerolíneas peruanas hacían lo propio y conquistaban Sudamérica, y luego Norteamérica y Europa, con la confianza que les daba volar en nuestro país.
Esas líderes fueron Faucett, Panagra, PIA y APSA. Vale la pena acotar que pese a su éxitos, sus historias no estuvieron exentas de tragedias y fracasos, pues perdieron naves en la jungla y la cordillera, y quebraron a pesar de su poder inicial.
Faucett y Panagra
Se trata de las primeras líneas aéreas en volar al exterior entre las décadas de los 40 y 50. Ambas comenzaron con rutas chárteres hacia los países vecinos casi en paralelo, pero fue Panagra, creada con capitales nacionales y estadounidenses, la que se convirtió en la compañía más importante de la región.
Según el libro "Líneas aéreas de Latinoamérica", escrito por R. E. G. Davis, Panagra llegó a volar a toda América del Sur y parte de Estados Unidos con cinco centros de conexión: Lima, Santiago, Buenos Aires, Bogotá y Medellín. Era tal el poder de la aerolínea que colaboró con la compra e instalación de los instrumentos de aterrizaje y las luces de aproximación en el aeropuerto Jorge Chávez, lo que permitiría que este reciba vuelos nocturnos.
Panagra fue, también, la primera que desarrolló un sistema para pronosticar el tiempo y la primera en equipar sus aviones con radares en una época en que era común volar confiando solo en la pericia de los pilotos.
A finales de los 60, mientras Faucett, su rival de toda la vida, ultimaba sus preparativos para volar a
Miami, Panagra era adquirida por Braniff en US$30 millones. Entonces, la compañía operaba en el Perú, Panamá, Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina y Estados Unidos, con 62 naves.
PIA y APSA
Pese a que apenas duró tres años, de 1946 a 1949, Peruvian International Airways (PIA) se posicionó como la segunda línea aérea más importante de la región. El capitán E.P. Alberto Fernández-Prada reseña en su libro "La aviación en el Perú" que fue pionera en hacer vuelos internacionales con itinerario de Lima al sur y centro de América, Estados Unidos y Canadá.
Parece que los accionistas de PIA se entusiasmaron con la rápida acogida de su empresa, y duplicaron su capital de US$4 millones a US$8 millones en 1947. No pudieron afrontar el riesgo y quebraron, no sin antes ser la primera compañía peruana en aterrizar en el que sería después el famoso aeropuerto JFK de Nueva York.
No le fue mucho mejor a APSA, que ni con las naves más rápidas del mundo y sus rutas a Londres, París y Madrid se salvó de la bancarrota en 1971, tras endeudarse por US$22 millones. Fue un final que, lamentablemente, se repitió luego con Faucett y AeroPerú, historias de las que hay que aprender.
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EL POEMARIO DE MARUJA VALDIVIESO

Este poemario refleja la vida de una mujer abierta a todas las grandes emotividades, a los nobles sentimientos fraternos. A Maruja la conocí desde siempre, con su mirada encendida y llena de horizontes, sin que pueda faltar su risa, su encanto y su carácter férreo para poder enfrentar los vallados del camino. La hemos visto crecer como amiga, como madre, como maestra, como ciudadana, como una sensible poeta llevando en su cuello y en sus hombros su pañoleta de leyendas y de historias, con la cual ha cruzado a paso ligero las calles angostas de nuestra ciudad, saboreando las tardes, las noches y las auroras, embriagándose de poesía, bajo el manto azul de las estrellas. Leer mas ; https://www.cronica.com.ec/opinion/columna/columnista/item/807-el-poemario-de-maruja-valdivieso


domingo, 24 de mayo de 2020

La Piedra del Diablo ¿MITO O VERDAD?




Cuenta que el diablo estaba entre las calles de Barrios Altos cuando vio venir la procesión de la Virgen del Carmen y del Señor de los Milagros, al no saber a dónde ir tropezó con esta piedra y le hizo un hueco .

Uno de estos lugares es el cruce de los jirones Junin y Cangallo, a pocos metros del tristemente
célebre solar El Buque. Se trata de "la peña horarada" o "piedra del Diablo", mineral que protagoniza una de las tradiciones de Ricardo Palma. De casi un metro de alto por unos 35 cm. de ancho, la piedra es de color oscuro. Presenta un ligero brillo que, según sus vecinos, se debe a todos los curiosos que, a lo largo de los años, pasan por ahí y la tocan.

Según la tradición de Palma, el agujero que luce en la parte baja lo hizo el Diablo cuando trató de huir de una procesión del Señor de los Milagros. Resulta que, en aquel entonces, la procesión del Nazareno pasaba por la Calle del Suspiro (hoy Jirón Cangallo). El Diablo, que acostumbraba pasear por ahí para tentar a los devotos limeños, se pegó tal susto que quiso huir, sin imaginarse que, por el otro jirón (hoy Junín), también pasaba en procesión la Virgen del Carmen, patrona de Barrios Altos. ¿Por dónde escapar?, habría pensado el demonio. Y no le quedó más remedio que atravesar la roca.

Cuentan los vecinos de mayor edad que, durante muchas gestiones municipales, se ha tratado de retirar la piedra de esta equina porque obstruye el paso. Este aspecto es crítico sobre todo porque la zona es peligrosa de noche, debido a la poca iluminación y al pandillaje. Sin embargo, hasta hoy todas las diligencias al respecto han sido infructuosas.

Aunque hay algunos vecinos de la cuadra que insisten en afirmar que la piedra inspira temor, lo cierto es que hasta graffitis se han pintado en las paredes cercanas, y los arrebatos no cesan en las cuadras cercanas. Todo ello con la piedra como mudo testigo.

Si Ud. está pensando en conocerla, lo más recomendable es hacerlo de día. Por si acaso.

Fuente; El Comercio Perú




En pleno centro de la Lima antigua, están los “Barrios Altos”; lugar plagado de casonas de zaguán y balcón colonial, cuna del criollismo limeño y protagonista de muchas de las tradiciones de nuestro gran escritor, don Ricardo Palma, quien recorrió sus calles de cabo a rabo. Barrios Altos, es además, considerado lugar de gente “brava” valiente y sin temor a nada.

En este lugar se encuentra la “peña horadada” o piedra del diablo, curiosa roca de color negro retinto, azabache a más no poder, dura y fría que mide un metro de alto y tiene un orificio perfectamente circular que la traspasa de lado a lado, ésta piedra está en el cruce de los jirones Junín y Cangallo.

Cuenta la leyenda que una noche de luna clara, allá por tiempos coloniales, el diablo se encontraba haciendo de las suyas por la calle del Suspiro, (hoy Jirón Cangallo) cuando al llegar a la esquina se topa cara a cara con la procesión de Jesús Nazareno; aterrorizado da media vuelta y se encuentra con la procesión de la Virgen del Carmen, patrona de los Barrios Altos. Desesperado al verse en medio de dos imágenes religiosas, no le quedó más remedio que escabullirse por una roca que estaba ahí, precisamente en la esquina de ambas calles, y al atravesarla, hizo el hueco que queda hasta hoy.

A través de los años, muchos alcaldes han intentado retirar la piedra para que no entorpezca el libre discurrir de los peatones, pero es imposible, ni aún utilizando la más sofisticada maquinaria se logra moverla un milímetro de su lugar, como si el demonio la protegiese.

Los vecinos de esta parte de Lima se persignan al pasar frente a ella y cuentan que en las noches de luna llena se convierte en adoratorio del demonio, uno de los más atemorizados es don Teodomiro Mendoza, panadero de oficio, cuyo establecimiento queda exactamente frente a la piedra, Teodomiro asegura que por las noches se escuchan gritos que estremecen a los más valientes de la zona. En el lugar además, y a través de los siglos, se han cometido crímenes que la policía nunca ha podido resolver. ¿Será por eso que hace algún tiempo, alguien pintó una cruz blanca sobre la piedra del diablo? Dibujo que por cierto, nadie se ha atrevido a borrar.





miércoles, 13 de mayo de 2020

Fotos y anécdotas antiguas del Perú




Fotos y anécdotas antiguas del Perú

Por; Francisco Matienzo Saivay‎



Manuel de Amat i Junyent nació en 1704 en Vacarisses (Barcelona), Hijo de José de Amat y Planella
y de María Ana Junient Vargas,  Desde los once años abrazó la carrera militar y, en su condición de miembro de la orden de Caballeros de San Juan, uno de sus destinos fue la defensa de la isla de Malta; fue también gentilhombre de cámara del rey Felipe V y, por su sobresaliente desempeño en las campañas militares de África e Italia, fue ascendido a mariscal de campo. Al igual que varios otros gobernantes peruanos del siglo XVIII,  nombrado teniente general y virrey del Perú en 1761. En este territorio, restauró las murallas del Callao, fortificando las defensas del puerto. Llevó a cabo expediciones militares triunfales, supo explotar
adecuadamente las minas de Plata del Potosí y potenciar nuevos centros mineros. Racionalizó las distintas etnias del Perú precisando su diversa tipología y promovió ampliamente la cultura, creando la cátedra de matemáticas en la Universidad de San Marcos de Lima. Su gran labor se desarrolló en el campo de la arquitectura. Reconstruyó la ciudad de Lima con aportes urbanísticos trascendentales para el futuro de la ciudad italianizando Lima lo que se denota en lo que hoy se conoce como el Paseo de las Aguas, la antigua Navona. Construyó la plaza de toros de Acho, que se inauguró como
coso taurino en 1766 y la Iglesia de las Nazarenas y la capilla de San Martín de Porres en el convento de Santo Domingo, auténticas joyas artísticas.
Pero su fama se hizo, cuando ya sesenton inició un romance con una joven amante de nombre, Micaela Villegas Hurtado de Mendoza, famosa por su original nombre "la Perricholi" con quien convivió 14 años y tuvo un hijo de nombre Manuel. Poco años después retorna a España dejando todas sus propiedades incluida la fiel calesa,testigo de sus románticos paseos, a su adorada Perricholi.
foto: Repositorio PUCP

Vista de la Alameda de los Descalzos donde destaca la casa-molino de Micaela Villegas (La Perricholi), adquirida en 1781. Posteriormente pasó a ser propiedad de la Cerveceria Backus y Johnston (Cerveza Cristal). Dibujo de Max de Radiguet.




sábado, 9 de mayo de 2020

Alberto Vargas, el pintor peruano de las chicas pin-up




Por; Oswaldo Soto

Alberto Vargas, el pintor peruano de las chicas pin-up

Modelos anónimas y sugerentes, escasas de lencería y abundantes en maquillaje, de tez suave pero labios carnosos. Así eran las musas de Alberto Vargas, el artista peruano reconocido por ser el padre de las llamadas pin-up girls. Su arte, hecho a base de aerógrafo y acuarela, refleja la belleza de las actrices y bailarinas norteamericanas de la década de 1940 hacia adelante. Su talento lo llevó a publicar su trabajo en revistas como Esquire y Playboy.

Primeros años
Vargas nació en Arequipa un 9 de febrero como hoy, en 1896. Fue hijo del reconocido fotógrafo Max T. Vargas, quien le inculcó a él y a su hermano la pasión por el arte. Don Max Vargas quería que sus hijos sean fotógrafos, como él. Por eso, envió a Suiza al pequeño Alberto, de 15 años, para que estudie fotografía. Su objetivo era que, a su regreso, se encargara del estudio de la familia.

Sin embargo, Europa, su arquitectura, los museos, los movimientos artísticos y todo con lo que tomó
contacto, cambiaron su visión para el futuro. Con el inicio de la Primera Guerra Mundial, Alberto tuvo que volver a Arequipa. En el camino de vuelta, hizo una escala en Nueva York, ciudad que también hizo que su proyecto artístico diera un giro de 180 grados. Y se quedó a vivir a vivir allí.

Ya en Nueva York, en 1919, Vargas comenzó a trabajar como ilustrador de moda y retratista oficial de las estrellas de Broadway de la compañía The Ziegfeld Follies. Ingresó como reemplazo del ilustrador austriaco Raphael Kirchner y se quedó por 12 años.
Fue por esos años también que conoció a su musa y futura esposa, Anna Mae Clift. Era un rubia y esbelta modelo, empleada de The Greenwich Village Follies, la competencia de The Ziegfeld Follies. Comenzaron a trabajar juntos, ella posando y él pintando, y se casaron en 1930.

Fue por esos años también que conoció a su musa y futura esposa, Anna Mae Clift. Era un rubia y esbelta modelo, empleada de The Greenwich Village Follies, la competencia de The Ziegfeld Follies. Comenzaron a trabajar juntos, ella posando y él pintando, y se casaron en 1930.

Durante la Gran Depresión, en 1929, Vargas tuvo que dejar Nueva York y buscar trabajo en otros lados. Fue así como llegó a Hollywood. Llegó a trabajar para grandes productores, como 20th Century Fox y Warner Bros. Hizo afiches para algunas películas y llegó a retratar a divas como Greta Garbo, Shirley Temple, Ava Gardner, Ann Sheridan, entre otras. Esta época, nuevamente, duró poco. Una huelga sindical para lograr mejores pagos en la que participó solo consiguió que las productores no lo tomaran en cuenta para futuros trabajos.

La época de Esquire

Vargas tenía una buena estrella. Aún sin empleo, volvió a Nueva York y, casualmente, el editor de la revista Esquire estaba en la búsqueda de un reemplazante para el dibujante George Petty, famoso por sus ilustraciones de “chicas calendario”.

Vargas comenzó a trabajar para la revista y su primera obra se publicó en 1940. Cada una de las
chicas que retrataba iba acompañada de su firma. Se les empezó a conocer como las Varga Girls (sin la “s” al final). Los lectores de Esquire no extrañaron mucho a Petty y las Varga Girls eran requeridas por la audiencia.

Tiempos de guerra
A la par que trabajaba en Esquire, Vargas desempeñó trabajos en publicidad y además en la ilustración de calendarios. Sus Varga Girls llegaron a ser parte de la cultura pop de la época. Incluso se convirtió en el ilustrador favorito de los soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, que tatuaban a las musas de Vargas en su cuerpo o las llevaban pintadas en el fuselaje de los bombarderos.

Playboy y ocaso
La relación entre Vargas y Esquire se complicó nuevamente por abusos contractuales. Pero allí mismo, en 1960, Hugh Hefner (otro ex Squire) lo contrató para ilustrar las páginas de Playboy. Vargas le agregó una S a la firma en sus obras a la vez que le quitó un poco de ropa a sus retratadas. Sin embargo, su arte continuó sutil y sugerente.

Vargas continuó trabajando para Playboy, pero un suceso marcaría el declive de sus ganas de seguir pintando. Fue la muerte de su esposa en 1974. A partir de ese entonces, su luz se fue apagando, de a pocos, hasta que en 1983 falleció.

Por André Agurto.
Foto : getty Images





jueves, 7 de mayo de 2020

El gran guerrero Manco Inca






Por; Diego Aquiles



MANCO INCA
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Si los alemanes tienen a Arminio, los franceses a Vercingétorix y los ibéricos a Viriato como
símbolos de identidad y de la heroicidad de antaño en sus respectivas naciones los peruanos podemos decir con orgullo que tenemos al gran guerrero Manco Inca.

Manco Inca hijo del Sapa Inca Huayna Cápac es uno de los personajes poco conocidos en la historia del Perú. La figura de Manco Inca aparece luego de la captura del usurpador Atahualpa en un principio se alió con los españoles, y junto a ellos emprendió la guerra contra los atahualpistas, mandados por el sanguinario general Quizquiz, con el fin de recuperar el prestigio y la autoridad del Tahuantinsuyo perdidos por la derrota del legitimo Sapa Inca Huáscar ante el usurpador Atahualpa y sus huestes quiteñas.

El conquistador Francisco Pizarro entronizó a Manco Inca, quien adoptó el nombre de Manco Cápac II y reconociéndose en un principio como vasallo del monarca Carlos V.

Al poco tiempo comprendió que no contaba con ningún poder ya que era prácticamente un prisionero y ante los constantes abusos cometidos por los españoles contra sus súbditos y su persona decidió rebelarse, para librarse de su cautiverio logró tender una trampa a Hernando Pizarro a quien le ofreció traerle la estatua del Inca Huayna Capac «toda de oro, incluso las tripas». El ambicioso español le creyó y el 18 de abril de 1536 el Inca salió del Cuzco junto al sumo sacerdote o Vila Oma pero ya no regresó. Su primer refugio fue Calca, a donde llamó a sus generales y curacas fieles y lanzó su famosa arenga: «Yo estoy determinado a no dejar cristiano en vida en toda la tierra y para eso quiero poner cerco en el Cusco; quien de vosotros pensara servirme, servirme en esto, ha de poner sobre tal caso la vida; beba por estos vasos y no con otra condición». Los principales fueron bebiendo uno a uno la chicha en señal de aprobación y entrega a la causa de la reconquista del Tahuantinsuyo, y el ejército se iba formando desde todas partes del imperio. Asimismo, se le unieron varios pueblos que sí reconocían las virtudes del estado incaico en su favor, e incluso un español. Manco Inca nombra como jefe de su ejército a Vilaoma y como maestre de campo a Paucar Huaman.

Manco Inca dirigió diecisiete campañas, perfectamente diferenciadas. Las batallas y combates pasaron del centenar, considerando en este número sólo las ubicables con sus nombres y circunstancias.

La acción, iniciada en abril de 1536, cubrió vastas extensiones del Imperio de los Incas, a lo largo de ocho años de ininterrumpido batallar. Abarcó desde las costas guayaquileñas hasta la distante frontera donde residían los salvajes araucanos; se levantaron minorías de los collas de las jalcas, los antis de la amazonía, parte de los yungas costeños; principalmente la guerra se sostuvo con los quechuas cordilleranos.

La lucha que constituyó Manco Inca fue el primer movimiento americano de mayor envergadura frente a España durante el siglo XVI. Las ciudades de Cuzco y La Ciudad de Los Reyes
(Lima) fueron sitiadas. Jauja fue barrida. Trujillo sufrió el amago de los alzados. Aparecieron grupos insurgentes en todo el país. Dos de los Pizarro (Juan y Diego), dos mil conquistadores, decenas de miles de indios aliados de los españoles conducidos por sus caciques y crecida cantidad de esclavos africanos pagaron caro con su vida el enfrentarse a las huestes cuzqueñas que buscaban la reconquista del Perú.

La situación llegó a tal punto que de varias partes del continente, y aun de la misma España, se enviaron refuerzos al Perú. Enorgullece saber que, de la selva al mar, vastos sectores de los antiguos peruanos combatieron heroica y tenazmente en defensa de su soberanía; pese a las bárbaras represiones punitivas hispánicas, a la anarquía interna y a la inferioridad de armamento.

Victorias y derrotas

De las mencionadas batallas nueve fueron ganadas por los ejércitos del Inca. Manco Inca en persona venció en Sacsahuaman a Juan Pizarro (1536); en Ollantaytambo a Hernando Pizarro (1537); en Chuquillushca a Gonzalo Pizarro (1539); en Orongoy a Francisco de Villadiego (1538); y en Jauja, a una coalición hispano-huanca, dirigida por el curaca Guacrapáucar (1538). Más tarde alcanzaría un estrecho triunfo sobre los españoles de Guamanga en Mayomarca (1540). Su mejor hombre de guerra fue Quisu Yupanqui, quien se impuso a Diego Pizarro en Parcos, a Gonzalo de Tapia en Pampas, a Mogrovejo de Quiñones en Angoyacu y a Alonso de Gaete en Jauja. Luego pondría en fuga a Francisco de Godoy, entre Pariajaja y Huarochirí. Todo esto cuando la ofensiva sobre Lima en 1536. Otros eximios guerreros fueron Illa Túpac y Tisoc Inca.



Los Incas, sin embargo, podían ganar muchas batallas más, pero al final tenían que perder la guerra: Las avanzadas armas y caballería europea marcaban la diferencia. El destino jugaba en contra.

Cronistas de la talla de Cieza de León y de Pedro Pizarro, entre otros, dan fe de esta capacidad de Manco Inca y de sus otras de adoptar las armas europeas.

Por entonces unos ocho mil españoles combatían en diversas regiones del Imperio, con ayuda de más de mil "negros de guerra", así como no pocos moros; todos los cuales alineaban al lado de miles de guerreros indígenas que los caciques seguían poniendo a órdenes de los españoles. Los caciques eran seguidos por sus vasallos con obediencia casi religiosa.

A partir de 1540 Manco Inca se vio obligado a limitar sus acciones a la guerra de guerrillas. Machu Pichiu fue uno de sus baluartes.

En 1541, convencido de que los enemigos principales eran los encomenderos pizarristas, Manco apoyó a los rebeldes que acompañaban al joven caudillo mestizo (hijo de panameña) Diego de Almagro el Mozo, dándoles muchas armas españolas que conservaban como botín de guerra. Más tarde, a raíz de las Nuevas Leyes y de ciertas posibilidades de restitución, estableció enlace con el Virrey Blasco Núñez de Vela, hombre muy recto que pagó con su vida el tratar de aplicar una política de protección a los indios que eran explotados y exterminados por los encomenderos y por los españoles en general.

Se había iniciado ya una sublevación de Gonzalo Pizarro contra el Virrey cuando Manco Inca fue asesinado a traicion por los almagristas a quienes había dado asilo en Vitcos. Por entonces planeaba un nuevo ataque al Cuzco. Corrían los finales de 1544.

Manco Inca, a pesar de todo, habiendo sido protagonista de la mayor epopeya de la América India, la historia oficial no lo recuerda como se debe. Escasos historiadores peruanos enaltecen su memoria.Su memoria en la historia de la America de la conquista curiosamente esta opacada por caudillos de otras partes de menor relevancia.

FUENTE:
✔"La guerra de los Huiracochas" de Juan Antonio Vega


miércoles, 6 de mayo de 2020

EL MARINO FRANCÉS QUE SALVO LIMA




Fernando Pajares

‎Historias Fotográficas del Perú y el Mundo

 
UNA GRAN AVENIDA TIENE SU NOMBRE, PERO POCO SABEMOS DE ESTE ILUSTRE PERSONAJE, CONTRAMIRANTE ABEL-NICOLÁS-GEORGES-HENRI BERGASSE DU PETIT THOUARS EL MARINO FRANCÉS QUE SALVO LIMA

A finales del año 1880, el almirante francés que a la sazón frisaba los 49 años había cumplido su misión en las aguas del Pacífico. Requerido entonces por sus superiores, debió retornar a Francia, pero, en vez de dirigirse a Valparaíso para tomar la ruta de Europa, siguiendo un impulso de la intuición según el historiador Jorge Basadre Basadre, optó por ir al Callao. Llegó a nuestro primer puerto el 7 de enero, al frente de la corbeta blindada “La Victorieuse”.
La escuadra francesa estaba en el Callao al mando del contralmirante Abel Bergasse du Petit Thouars en enero de 1881, cuando era inminente la entrada del ejército chileno en Lima, los diplomáticos se reunieron colegiadamente en Lima con los comandantes en jefe de las escuadras neutrales observadoras de la guerra del Pacífico, con el temor que durante la ocupación se atacasen las legaciones; tenían noticias sobre la destrucción de otras ciudades durante las batallas y en especial del saqueo e incendio de Chorrillos, en el que se asesinó a civiles inocentes, durante la reunión acordaron autorizar a los buques de guerra de sus respectivas armadas que frenaran tales desmanes. La escuadra neutral compuesta por las naves italiana Fragata “Garibaldi” al mando del almirante Sabrano, inglesa “HMS Triumph”, al mando del almirante Sterling y francesa corveta blindada “Victorieuse” al mando de Petit Thouars, acordaron, según palabra de Sterling, sobre el ejército chileno: “cuando entraran a Lima... si ellos atacaban a las legaciones, los civiles o a los neutrales en general, habría de capturar y hundir la flota chilena”.
El 16 de enero de 1881 participó en un cónclave al que asistieron el alcalde de Lima, Rufino Torrico que asumió el mando de la ciudad y el “alicaído papel de negociar con el invasor”, diplomáticos y almirantes, con el objetivo de que la ciudad no fuera destruida ni saqueada, sino pacíficamente ocupada.
El contralmirante du Petit Thouars se dirigió al, general Manuel Baquedano González comandante en Jefe de los genocidas chilenos y al cabecilla de la escuadra sureña, comodoro Galvarino Riveros Cárdenas, advirtiéndoles que deberían controlar a sus tropas y evitar nuevos desmanes como en Chorrillos, Barranco y Miraflores de los días 13, 14 y 15 de enero de 1881; en caso contrario, se vería obligado a usar la potencia de fuego de la escuadra neutral surta en el Callao y echar a pique a las naves de la escuadra chilena Baquedano, ante la advertencia de no dañar a la ciudad, afirmó: “No podré contener a mis leones”, ante lo cual Du Petit Thouars repuso: “Entonces yo no podré contener a mis cañones”.
Esta advertencia bastó a decir de los limeños de la época, para que se adoptaran las medidas que evitaron la repetición de los lamentables sucesos de Chorrillos, Barranco y Miraflores.
Uniendo acción a sus palabras, Petit Thouars dispuso que los acorazados franceses “La Victorieuse” y los blindados británicos “HMS Triumph” y “HMS Shannon” se preparasen para entrar en combate en cualquier momento si no se respetaba la palabra.
Existen testimonios que hablan de su protagonismo; entre otros, el del embajador inglés Spencer Saint John, quien le dijo al presidente Piérola que Petit Thouars tenía autorización de los ministros plenipotenciarios para “usar la fuerza de la escuadra neutral si se produce otro acto de barbarie”.
En la ciudad el ajetreo era intenso, los centros hospitalarios no se daban abasto para atender a los heridos en las batallas de San Juan y de Miraflores, y los bomberos se multiplicaban para apagar incendios mientras Petit Thouars como certifican ciertos documentos decidió restaurar la Guardia Urbana de Lima la noche del 16 de enero. La capital tenía entonces tenía 100,000 habitantes.
Por último, qué mayor prueba que la conmoción que causó su deceso (2 de agosto de 1890) en el pueblo limeño y sus autoridades edilicias, que en el acto iniciaron una colecta popular para adquirir en Europa un retrato del almirante galo. Hecho que revela cuán hondo caló en el corazón de los limeños de la época la mediación de Petit Thouars en los sucesos de enero de 1881.
Una céntrica avenida y un hermoso monumento obra del escultor ancashino Artemio Ocaña Bejarano en Lima, recuerdan el noble gesto de este marino francés.

Fotografía del marino francés Abel Nicolás Georges Henri Bergasse Du Petit Thouars (Ecole Navale/Espace traditions/Officiers célebres)

Fuentes: Diario “El Peruano
               Derrama Magisterial
               Diario “El Comercio”

sábado, 2 de mayo de 2020

Carita y Tirifilo, los protagonistas del duelo mas sonado en Lima





Dario Mejia

Un día como hoy, el 2 de mayo de 1915, se llevó a cabo uno de los más sonados duelos a chaveta que hayan conmocionado a la ciudad de Lima. Carita y Tirifilo, los protagonistas de este duelo, no se imaginaron la trascendencia que iba a tener aquel duelo, el cual la musa popular lo contó a través de composiciones musicales, siendo el vals "Sangre Criolla" el que más se entonó por aquellos tiempos y sobre el cual escribí en octubre del 2005.

SANGRE CRIOLLA

Durante las primeras décadas del siglo XX, el vals también sirvió para narrar algún hecho que haya estremecido o conmovido al pueblo. Así fue que el vals "Luis Pardo" narró la vida de ese personaje que fue perseguido por la justicia. La muerte de Jorge Chávez, el 27 de setiembre de 1910, así como su vuelo sobre Los Alpes, fue contada y llorada por Braulio Sancho Dávila con el vals "Jorge Chávez", por R. Marín con su vals titulado también "Jorge Chávez", el dúo Montes y Manrique que en 1911 grabó otro vals titulado también "Jorge Chávez" y por otros compositores criollos. Cuando falleció nuestro tradicionista Don Ricardo Palma, el 6 de octubre de 1919, los hermanos Suárez lo honraron con su vals "Ricardo Palma". La sentida muerte de Felipe Pinglo, el 13 de mayo de 1936, fue contada por Pedro Espinel con el vals "Murió el Maestro".


Pero el vals también contó un acontecimiento que tuvo como protagonistas a dos personajes del bajo mundo. El duelo a chaveta entre dos de los matones y "faites" más conocidos de la Lima de inicios del siglo XX, Carita y Tirifilo, fue narrado por la musa anónima con el vals "Sangre Criolla". Y como serían de famosos aquellos "faites" que al duelo sangriento aquel asistieron hasta periodistas, quienes serían los que narraron y convirtieron en una especie de leyenda dicha pelea.

Hay que tener en cuenta que antiguamente los caballeros resolvían sus disputas en duelo a florete o pistola. Así tenemos que en la revista Variedades No. 361, del 30 de enero de 1915, se menciona sobre el fuerte enfrentamiento político que hubo en el Senado de la República entre el Doctor J. Fernando Gazzani y el Sr. Juan Durand que no quedó allí, en el Senado, sino que ambos políticos se enfrentaron a duelo en el que el Doctor Gazzani quedó herido de gravedad. Dos meses después, Variedades No. 369, del 27 de marzo de 1915, relata sobre el sensacional duelo entre militares que tuvo lugar el sábado anterior en la Plaza de Acho, cuando a sable de combate se enfrentaron los capitanes del ejército Enrique V. Gómez y Nicanor Arteaga, resultando ambos heridos. Comandantes, mayores y capitanes fueron los padrinos del duelo aquel, estando también presentes médicos y periodistas, publicándose fotos del duelo en Variedades.

¿Creen acaso que los que participaron en los duelos nombrados anteriormente, y otros más de caballeros, fueron detenidos por la policía de entonces? ...es por ello que el vals "Sangre Criolla", que inmediatamente se compuso para relatar a través de versos los hechos que ocurrieron antes y durante el duelo entre Carita y Tirifilo, dice muy claro al inicio que "el valor no es patrimonio sólo de los señoritos"; debido a que la policía detuvo a quien sobrevivió al sangriento enfrentamiento entre los personajes de este relato.

En la Lima de hace unos años, abundaban los relatos sobre enfrentamientos a puño limpio y a cuchillo, por lo que recuerdo que era todavía niño cuando por primera vez escuché sobre aquel duelo, a chaveta, entre dos de los delincuentes y "faites" más famosos que haya tenido Lima, Carita y Tirifilo. Es que el duelo aquel era siempre tema de conversación en los solares antiguos de Lima, pasando el relato aquel de generación en generación. Habiendo contribuido a su fama el que los medios de prensa de la época le dieran gran cobertura en sus páginas y que, años más tarde, el gran escritor Ciro Alegría contara al mundo sobre aquel encuentro a chaveta, en su relato "Duelo de Caballeros".

LOS FAITES

Según el cronista, escritor y poeta José Gálvez, el "faite" era abusivo y fachendoso, golpeaba a cuanto desgraciado se ponía a su alcance y se reía de la policía. Temido por delincuentes y policías, atraía en cambio la mirada y atención de muchas mujeres. Los "faites" de antaño tenían hasta indumentaria propia y eran dueños de todos los corazones que se alquilaban en la ciudad (1). Con el correr de los años, la figura del "faite" se degeneró convirtiéndose en delincuente, abusivo y alquilando sus puños al mejor postor. Siendo de este último tipo los protagonistas de esta historia, Carita y Tirifilo. Pero se debe señalar que, antiguamente, al "faite" también se le llamaba "faiteman", y así es como los llama la musa anónima en el vals "Sangre Criolla".

Emilio Willmann era el verdadero nombre de Carita a quien desde niño llamaban "Carita del cielo", pero su apodo fue recortado por el de "Carita" solamente. Tirifilo era el apodo de Cipriano Moreno y ambos eran del Rímac. De entre los dos, Tirifilo era el que más fama tenía, siendo el más temido también por ser un negro alto y musculoso que alquilaba sus puños a los políticos de la época; por ello hasta la policía le tenía respeto o mejor dicho miedo. Carita, en cambio, era más delgado y bajo, pero tenía más aceptación con las mujeres por ser de rasgos finos y cara agraciada.



EL DUELO

Se han tejido varias historias sobre cual fue la causa de que Carita y Tirifilo se enfrentaran a chaveta. Lo que si es cierto es que una noche discutieron y luego de insultarse mutuamente, ambos, heridos en su amor propio, y por estar en juego sus reputaciones, acordaron en enfrentarse en un duelo a chaveta, es lo que cuenta la letra del vals "Sangre Criolla".

En la mañana del domingo 2 de mayo de 1915, ante la presencia de testigos que le dieron al duelo un aspecto de justo, se encontraron Carita y Tirifilo en una zona que la llamaban el Montón, como lo señala el vals, en los lejanos barrios del Tajamar, por los rieles del ferrocarril que iba a Ancón. El Montón fue el botadero más antiguo que tuvo Lima y allí, años más tarde, se construyó el Barrio Obrero del Rímac.

El vals "Sangre Criolla" señala que Tirifilo era más diestro con el manejo de la chaveta así que logró causarle varios cortes a Carita, quien se desangraba lleno de heridas. Pero la valentía de Carita, de mantenerse en la pelea, dio sus frutos cuando Tirifilo se resbala y, al perder el equilibrio, Carita aprovecha aquello para clavarle la chaveta en el corazón, cayendo Tirifilo para ya no levantarse más.

Algunos de los testigos dejaron abandonado el cuerpo de Tirifilo en la morgue, mientras que otros llevaron a Carita, cargado, al hospital porque estaba desangrándose por los cortes que le había inferido su oponente, relata el vals. Allí permaneció Carita luchando contra la muerte, mientras que su fama crecía en el bajo mundo pronunciándose su nombre con respeto por haber matado a uno de los más temidos y famosos "faites" de la época.

Por su parte, la revista Variedades No. 375, del 8 de mayo de 1915, informó lo siguiente sobre el sensacional duelo criollo: "(...) Para que el duelo revistiera caracteres de justa hasta testigos tuvo y el vencido cayó para no levantarse más, dando cara al enemigo que se desengraba, lleno de heridas, pero que no cejó en la pelea hasta ver derrumbarse al feroz adversario. Drama de sangre entre personajes de siniestra fama, ha tenido sin embargo la virtud de despertar interés y de aparecer distinto de los vulgares crímenes que registra nuestra crónica roja. La leyenda, una leyenda oscura y trágica, envolvía a estos hombres, especialmente al Tirifilo, y por ello, sin duda, es que el comentario público se ha manifestado viva, calurosamente."

Aquel duelo sangriento fue el comentario en todos los hogares de Lima durante varias semanas. La musa anónima contribuyó a convertir en una especie de leyenda aquel duelo, cuando a pocos días de sucedido aquel hecho trágico contó toda la historia aquella con el vals "Sangre Criolla"; utilizando la música del vals "Luis Pardo", que sonaba mucho por esa época. El vals "Sangre Criolla" comenzó a circular por las calles de Lima vendiéndose a través de un cancionero y por ser un suceso que había estremecido a todo Lima, la revista semanal Variedades, en su edición No. 376 del 15 de mayo de 1915, página 2116, reprodujo la letra del vals que se estaba vendiendo en las calles de Lima y que contaba aquel duelo sangriento entre Carita y Tirifilo.

Del mismo modo, casi en forma simultánea, aparecieron otros valses que también narrarían el duelo aquel; como "La Muerte de Tirifilo" y "El que a cuchillo mata a cuchillo muere".

Cabe mencionar que se han encontrado algunas versiones, dadas muchos años después, que señalan que, durante la pelea, Tirifilo fue apuñalado por la espalda por uno de los amigos de Carita. Sin embargo, ello no se ha probado en forma documentada puesto que Carita fue sentenciado a nueve años de prisión por haber matado a Tirifilo, como es mencionado por la revista Variedades No. 396, del 2 de octubre de 1915, haciendo notar que posiblemente la condena sería reducida ya que el crimen se produjo durante un duelo leal y franco, con exposición y sin alevosía.





Sangre Criolla
Vals de autor anónimo

(Con música de vals)
"También los hijos del pueblo
tienen su corazoncito"
que el valor no es patrimonio
sólo de los señoritos.

Dos guapos han dado prueba
sin actas y sin padrinos,
que aquí tienen los criollos
el corazón en su sitio.
Sin floretes ni pistolas,
sin médico y sin testigos,
sino con unas chavetas
puntiagudas y con filo
en el montón se citaron
el CARITA y TIRIFILO.

La gente los conocía
como matones de oficio,
pues sabía que los dos
eran mozos divertidos
y le paraban los machos
a todo hijo de vecino.
Faitemanes como nadie,
valientes y decididos
mozos chuchos, ¡pura yema!
la flor de lo mejorcito.

Se enojaron una noche
y se dijeron sus dichos
y se fueron de palabras
y casi cambian un quiño,
pero entre ambos convinieron
mejor en un desafío.
Como los dos se insultaron
los dos eran ofendidos,
y hay cosas que solamente
pueden ponerse en su sitio
arreglando los disturbios
con la punta del cuchillo.

(Con la música de Luis Pardo)
En el montón se encontraron
y allí se batieron
cual cumple al honor
el uno al otro se hirieron
y mucho admiraron
su saña y valor.
TIRIFILO era más diestro
y seis puñaladas
certero le dio;
y con las carnes cortadas
CARITA sereno
su sangre vertió.

Todos los que los miraron
suspensos quedaron
de ver su valor,
el CARITA no cedía
y más bien crecía
su audacia y furor.
TIRIFILO hizo sus quimbos
pero en una de esas
pegó un resbalón
y el CARITA en el momento
le hundió la chaveta
en el corazón.

A la morgue lo llevaron
y allí lo dejaron
porque eso es legal
y al CARITA lo cargaron
y lo trasladaron
hasta el hospital.
El pobre allí está,
dicen que a la cárcel
pronto pasará,
pero no será
pues como a valiente
se le juzgará.

(Con música de vals)
El CARITA será absuelto,
pues sólo van a presidio
los que roban o asesinan,
para purgar su delito,
no un hombre que mata a otro hombre
por honor en desafío;
porque hay que tener en cuenta
lo que dijo aquel que dijo:
"También los hijos del pueblo
tienen su corazoncito".


Dario Mejia
Melbourne, Australia
Escrito el 13 de Octubre de 2005
Actualizado el 2 de Mayo de 2020

(1) Gálvez, José (1985). José Gálvez. Obras Completas, Tomo II (Una Lima que se va). Lima: Okura Editores S.A.

Fotografías:
Reconstrucción gráfica del duelo entre Carita y Tirifilo. Variedades No. 375, 8 de Mayo de 1915.
Tirifilo y Carita. Variedades No. 375, 8 de Mayo de 1915.

Fuente; Pub. Facebook por Luis Barrenechea Martel